No se sabe con certeza la fecha ni quiénes fueron los primeros en elaborarlas, lo que sí es un hecho es que las melcochas son el dulce patrimonio que durante el siglo pasado fue la base económica de la villa de San Esteban Catarina, en San Vicente.
Las melcochas son unos coloridos dulces de textura gruesa y pejagosa, hechos con una mezcla de atado de dulce de panela, agua y jugo de limón. La melcocha es considerada el dulce más típico y representativo de El Salvador.
Según los ancianos del pueblo, las primeras melcochas eran grandes —del tamaño de un yagual— y cada vendedora andaba un “cuto” (especie de corvo sin punta) para cortar los trocitos que vendían a un cuartillo, cinco centavos o un real (12 centavos), dependiendo del tamaño.
En ese tiempo estos dulces eran color café, sin los tonos multicolores que hoy los caracterizan.
La idea de ponerles color para hacerlos más llamativos fue de don José Otoniel Palacios, un Estebano que agregó a la mezcla tradicional esencias de sabores y colores.
Así, la creatividad de los artesanos ha venido agregando nuevos ingredientes a las melcochas originales, tales como vainilla, cacahuate, canela y ajonjolí, que le dan un sabor delicioso a este dulce.
Ingredientes:
1 taza de agua
2 tazas de azúcar
4 cucharadas de mantequilla
1/2 cucharadita de extracto de vainilla
Anís
Menta o cáscara de limón colorante rojo
Preparación:
En una olla sobre fuego moderado, revuelva el agua con la mantequilla y el azúcar hasta que ésta se disuelva. Siga cocinando a fuego lento sin revolver, hasta que unas gotas en un vaso de agua fría formen una hebra suave quebradiza. Vierta la melcocha sobre una bandeja o mármol engrasado, deje que se enfríe lo suficiente para manejarla, agréguele por gotas la vainilla o menta y colorante vegetal. Unte mantequilla en las manos, hale la melcocha, doble y vuelva a halar torciéndola hasta estar cremosa y casi sólida. Corte en trocitos o haga barritas largas y envuelva en papel celofán.
Las melcochas son unos coloridos dulces de textura gruesa y pejagosa, hechos con una mezcla de atado de dulce de panela, agua y jugo de limón. La melcocha es considerada el dulce más típico y representativo de El Salvador.
Según los ancianos del pueblo, las primeras melcochas eran grandes —del tamaño de un yagual— y cada vendedora andaba un “cuto” (especie de corvo sin punta) para cortar los trocitos que vendían a un cuartillo, cinco centavos o un real (12 centavos), dependiendo del tamaño.
En ese tiempo estos dulces eran color café, sin los tonos multicolores que hoy los caracterizan.
La idea de ponerles color para hacerlos más llamativos fue de don José Otoniel Palacios, un Estebano que agregó a la mezcla tradicional esencias de sabores y colores.
Así, la creatividad de los artesanos ha venido agregando nuevos ingredientes a las melcochas originales, tales como vainilla, cacahuate, canela y ajonjolí, que le dan un sabor delicioso a este dulce.
Ingredientes:
1 taza de agua
2 tazas de azúcar
4 cucharadas de mantequilla
1/2 cucharadita de extracto de vainilla
Anís
Menta o cáscara de limón colorante rojo
Preparación:
En una olla sobre fuego moderado, revuelva el agua con la mantequilla y el azúcar hasta que ésta se disuelva. Siga cocinando a fuego lento sin revolver, hasta que unas gotas en un vaso de agua fría formen una hebra suave quebradiza. Vierta la melcocha sobre una bandeja o mármol engrasado, deje que se enfríe lo suficiente para manejarla, agréguele por gotas la vainilla o menta y colorante vegetal. Unte mantequilla en las manos, hale la melcocha, doble y vuelva a halar torciéndola hasta estar cremosa y casi sólida. Corte en trocitos o haga barritas largas y envuelva en papel celofán.
No hay comentarios:
Publicar un comentario